Espejos de sol y postales de Venecia

Parece que de la luz del sol, nadie quiere privarse.

Los habitantes de Rjukan transitan inviernos oscuros gracias a que la localidad se encuentra en un valle encajonado de Vestfjord al sur de Noruega. Son 3.500 habitantes los que no veían  el sol durante seis meses, de septiembre a marzo.

El pueblo  quedaba envuelto en las sombras de las montañas que lo circundan entre otoño y primavera pero con un poco de ingenio inauguraron unos espejos gigantes para que reflejen la luz solar cuando las montañas que rodean a esta localidad les ocultan al sol.

Así, unos tenues pero muy esperados rayos de luz iluminaron la plaza central el día de la "inauguración" donde se habían congregado cientos de personas con gafas de sol, mirando hacia lo alto de la montaña, 400 metros más arriba, donde se encontraban tres enormes espejos.

Si bien hubo fuertes reticencias iniciales para usar dinero público para un proyecto de esas características se lograron reunir los 610.000 euros necesarios para instalar los espejos gigantes.

Los tres espejos de 17 m2 cada uno , colocados 450 mts por sobre la población, forman una elipse de luz de unos 600 m2 sobre la plaza central.

"Una idea de hace cien años se vuelve realidad en el día de hoy", afirmó  el alcalde Steinar Bergsland antes los reunidos en la inauguración, antes de que una orquesta local entonase "Let the sun shine" ("Que brille el sol").

El artista local Martin Andersen había presentado hace diez años la idea de desviar los rayos del sol al valle mediante espejos. La idea original se remonta a 1913.

Desde hace algunos años, un proyecto similar le da luz en el invierno a la localidad italiana de Viganella en los Alpes

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