El Archivo CCCXXIV Alejandro José Gallard Prío.
Entre más viajamos, más conocemos la riqueza humana. Si nos aislamos, ese acercamiento necesario para convivir en paz, se nos aleja y nos quita el privilegio de conocernos y aprender tanto de sus virtudes, como de sus errores.
No se trata de viajes transoceánicos, ni siquiera de salir de vuestro país, se trata de conocer la vecindad, los seres y naturaleza que los rodea, ya sean parajes de montañas, litorales o islas. El Creador dotó a los países de Centroamérica de una geografía que, aunque en pequeño, nos muestra algunas de las bellezas naturales del globo terrestre.
Comencemos con viajes, donde no haya necesidad de hospedaje, pero sí de facilidades para compartir con los residentes del lugar, familiarizarse con sus típicas comidas y manualidades que elaboran, lo que se puede realizar con poca inversión, ya que la Cámara Nacional de Turismo, asociada con empresas de transporte terrestre pueden elaborar un PLAN NACIONAL o sea crear un programa de visitas de grupos familiares a las diferentes ciudades y atractivos turísticos, incentivando a los Párrocos y Pastores de las Iglesias y Templos, así como los Directores y Rectores de Colegios y Universidades, de cooperar en la organización de los participantes.
En este esfuerzo hay que invitar la cooperación de las Cámaras o Asociaciones de Comercio locales, ya que son como "anfitriones", la piedra toral para el éxito de este proyecto del que hay que alejar todo vestigio de política, por lo que no hemos mencionado al Ministerio del Ramo y las Alcaldías, sin que esto los libere de su cooperación y apoyo.
La semana pasada mencioné de "tomar en serio" turismo, donde el Organismo Rector del Gobierno ocupa un rol importante, pues administran los impuestos que pagan los que nos visitan y todo aquel que se desplaza y consume a nivel nacional, por lo tanto, tienen la misión de dotar a sus connacionales y visitantes foráneos, de infraestructura y sanidad ambiental, así como de inspeccionar que las empresas cumplan con las normas de calidad y seguridad, lo cual incluye el sistema de transporte terrestre y lugares públicos.
Tomemos en Nicaragua, país centroamericano, un buen sistema de carreteras una aceptable infraestructura hotelera y gastronómica, así como lugares apropiados de recreo, que permite hacer efectivo esta clase de turismo de acercamiento nacional.
Saliendo de Managua, la Capital, en un cómodo autobús de turismo, no comencemos con autobuses de los que se usan para el transporte local, pues de inmediato perdemos el atractivo de poder apreciar, refugiado en el aire acondicionado, el paisaje, que según los expertos, se ve más verde y acogedor.
Pues bien, viajemos hacia el norte, en una carretera que ya debería ser autopista de peaje, pero que actualmente la mantienen bien y, en un par de horas, ingresamos a Matagalpa, una activa ciudad, donde se puede hacer un tour peatonal y reunirse con grupos locales en un restaurante para un convivio gastronómico y cultural. Nada complicado, en la espontaneidad organizada entre grupos afines, está el éxito, ya que el fin es conocernos y que de esa visita, salgan amistades, las cuales, se pueden alimentar y mantener electrónicamente. El Domingo pasado, pude ver un atractivo campo deportivo en las afueras de la ciudad, que de seguro habrán otros, donde se pueden programar actividades deportivas con los visitantes, algunos de los cuales, serán espectadores.
A corta distancia de Matagalpa, está un acogedor hotel de montaña, "Selva Negra", que una pareja visionaria, amistosa y nativa de la región, Eddy Kuhl y Mausi Hayn, diseñaron y construyeron en una hacienda de café de su propiedad, preservando su riqueza ecológica, ya que ambos, descienden de inmigrantes alemanes que en el siglo XIX, llegaron a Nicaragua a sembrar la riqueza cafetalera con que cuenta el país. Un grupo, que cómodamente cabe en un autobús, puede compartir horas agradables departiendo con un grupo similar que puede llegar desde Matagalpa u otro lugar cercano, pasear juntos por sus senderos, reunirse en unos de sus salones y degustar de su menú, donde casi todo lo que ofrecen, es producido en la hacienda o localmente. Los actuales administradores de Selva Negra, la segunda generación, aventajados alumnos de los fundadores, han continuado innovando y en mi reciente visita, pude conocer a la simpática profesora de Inglés, Helene Masson, a cargo de capacitar en inglés funcional a todos los trabajadores del hotel y sus familias, una conquista social, que, como otras, siempre han distinguido a nuestros amigos, Eddy y Mausi, que han logrado entrelazar belleza natural y el confort, dentro de la sinfonía de los cantos de pájaros, gansos y otros seres del reino animal.
El servicio es primordial en nuestra industria de viajes y hospitalidad, por lo que hoy, permítanme rendir tributo de admiración y agradecimiento a Don Carlos Adán Centeno -matagalpino de 83 años, con 18 en Selva Negra-, quien nos demostró con su servicio, que la ética y amor a la profesión, irradian felicidad.
Hasta el próximo ARCHIVO CCCXXV del domingo 3 de agosto del 2014, desde las costas de Long Island, New York.
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