Lo más rico de la identidad argentina estará disponible entre el 6 y 9 de julio en La Rural.
La feria es el lugar elegido por las economías regionales y las provincias argentinas para que los productores exhiban y comercialicen sus productos. Son nueve caminos que ya empiezan a llenarse.
La 13va edición de Caminos y Sabores será el mejor lugar para festejar el Bicentenario de la patria. Del 6 al 9 de julio, en La Rural, la feria invita a vivir y compartir experiencias únicas, las del contacto directo con quienes han logrado reunir en un producto la diversidad de nuestra tierra y aquellos dispuestos a apreciar el valor que tiene lo nuestro.
Como vidriera y mercado, en cada edición interactúan más de 400 expositores y 100.000 visitantes en busca de la cultura, los sabores y la identidad de todos los rincones de nuestro país y de Latinoamérica. En ese escenario, el año pasado se comercializaron más de 30.000.000 de pesos.
Este año, Exponenciar, la firma organizadora de Caminos y Sabores vuelve a prepararse para una gran feria. Productores provenientes de los rincones más diversos del país ya han confirmado su participación para dar testimonio de que detrás de cada producto que se vende y se compra hay un loco por lo nuestro.
Es el caso de la familia Muravnik, de Maipú, Mendoza, que con su marca Quinta Generación presentará por primera vez en la feria sus aceites de oliva extra virgen elaborados con la misma pasión que trajo de Europa Don Marcos en 1920, el fundador de la empresa. También debutará Niña Federica, un proyecto familiar de Diego Ferrero y Gabriela Scotto que apostaron todo a la elaboración de blends de especias gourmet, pero con mucho estilo. Y tendrá su primera experiencia en Caminos y Sabores D’Amici pastas, que elaboran pastas caseras 100% naturales.
Ellos ya son parte del grupo de locos por lo nuestro integrado por otros reincidentes. Como Valeria Bustos Cano, que dejó el banco en el que trabajaba y se formó para cumplir su sueño de ser productora de aceite de oliva en Maipú, Mendoza. El año pasado, su aceite Santa Augusta Forte ganó el premio Experiencias del Sabor. Para la nueva edición, Santa Augusta Olivícola ya duplicó las dimensiones de su stand en Caminos y Sabores. Ella estará en el camino de los aceites, donde también participará Finca Cortaderas, un emprendimiento de cultivos intensivos ubicados en Nogolí, San Luis, con 40 hectáreas sembradas de olivos que ya dieron un aceite reconocido en las ligas mayores.
Y la lista de locos por lo nuestro sigue. Confirmaron su presencia los creadores de “The Growing Gift”, un grupo de innovadores que se dedica a la fabricación y comercialización de regalos vivos, árboles que invitan a afianzar el contacto con la naturaleza. Igual de creativa es la propuesta de Inti Zen, que integra la energía de los Andes y la naturaleza de la Patagonia a través de aromas y sabores regionales, con la sabiduría de Oriente, expresada a través del arte del té. Y si de mimarse se trata, nada mejor que la propuesta de Tienda Vida, que comercializa más de 300 variedades de especies como hierbas, especias, flores y frutos o la de Hongos del Pilar, con sus clásicos champignones y portobellos.
Y como lo más clásico y lo más moderno, pero también lo más auténtico y particular conviven en los diez caminos que mejor que la oferta de un símbolo argentino: las picadas. S
egún la consultora de consumo masivo Kantar Worldpanel, el 90% de los argentinos come picadas de fiambres y quesos. Lo bueno es que en Caminos y Sabores la bandeja se arma con los aportes únicos de cada geografía.
Para ir tomando nota y agregarle estilo, de la feria participará el frigorífico Sersale con su clásico Jamón del Medio, que se suma a la oferta del frigorífico Reconquista, a la firma Sabores de Cañuelas elaboradora de fiambres cocidos bajo las marcas Grassetto y Montebérico, a Tapalqué Alimentos y a fiambres artesanales Don Quico, de Mercedes, Buenos Aires, entre otros.
Y como la picada no se hace sólo con fiambres, también estarán los quesos Adrianita, provenientes de Vedia, en la provincia de Buenos Aires. Y los Fermier, que llegan directo desde el tambo de sus creadores en Suipacha, Buenos Aires.
Claro que nadie se va de la feria sin recorrer el camino de las bebidas, donde a los vinos artesanales y orgánicos y a las cervezas elaboradas con maestría se suman propuestas como la de Almahuar y sus vinos o la de la centenaria firma Sáenz Briones y Cía., que hace honor a la historia con su marca 1888.
¿Y el postre? Para los más golosos, el camino de los dulces resulta una tentación. Tentaciones se llaman una de las frutas secas y desecadas que podrán comprarse en la feria. Más allá estarán las delicias de Hónecker Chocolates que vienen desde Santa Teresita, provincia de Buenos Aires, y las artesanías en chocolates y bombines de Yemas del Uruguay. En un paso más, y por el mismo camino, se podrán adquirir los chocolates Bosques del Sur que vienen desde La Plata. Y para los más exquisitos, Miel Ceta presentará su marca Bio Way de productos gourmet. También será de la partida El Brocal de San Pedro, un emprendimiento familiar que convierte el fruto de sus árboles en deliciosas mermeladas artesanales, almíbares y conservas naturales.
Así la feria Caminos y Sabores continúa reuniendo centenares de productores locos por lo nuestro que saben que durante cuatro días se encontrarán con otros miles de locos que los están esperando.
El año pasado, durante 4 días, la feria reunió a más de 400 expositores y 100.000 visitantes que comercializaron 30.000.000 de pesos.
Fuente: Caminos y Sabores
En Caminos y Sabores también estará presente la tan genuinamente yerba mate, un producto que habla de historia, de evolución y de valor territorial.
Los orígenes de la yerba mate se remontan a los nativos guaraníes, quienes utilizaban sus hojas como bebida, objeto de culto y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos. Varios siglos después, el mate atraviesa cada momento de los argentinos, pero no sólo como infusión. Hay cerveza matera, helado, alfajores, dulces y otros más de 200 productos comestibles, artesanales, cosméticos y para la salud.
El Camino de la Yerba Mate que propone la feria Caminos y Sabores, del 7 al 10 de julio en La Rural, no sólo es un viaje en el tiempo justo cuando se conmemora el Bicentenario de La Patria, sino la oportunidad de tomar contacto con la creatividad de cada uno de los protagonistas detrás de este producto.
Historias de innovadores, como los productores de Colonia Liebig, Corrientes, que en 1926 crearon una Cooperativa Agrícola y 90 años después su yerba mate Playadito es un clásico y está al alcance de todos en Caminos y Sabores. La locura emprendedora de esos primeros productores hoy cuenta con 130 asociados y distribuye 18 millones de kilos de yerba mate elaborada.
Unos años después, en Santo Pipó, Misiones, se escribía una historia parecida. La fecha fue 1933 y la cooperativa se denominó Productores de yerba mate de Santo Pipó Sociedad Cooperativa Limitada. A principios de 1960 se animaron a ir por más y crearon la marca Piporé que hoy se comercializa en la Argentina y el exterior.
Es sabido que detrás de cada producto que participa de Caminos y Sabores hay una historia pero también hay gente que vela porque éstas tengan un final feliz. Con esta premisa, en el Camino de la Yerba Mate estará el Instituto Nacional de la Yerba Mate, un organismo que acompaña el desarrollo de este producto bien argentino.