Declarada "Ciudad artística"  patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, asomarse a sus calles es suficiente para saber porque Venecia fue, es y será "la" ciudad mágica

Y durante el tiempo de carnaval este embrujo que siempre ofrece Venecia se potencia hasta el punto de hacer perder al visitante la conciencia de la línea temporal en la que se está habitando.

Si tomar un café en el gran e histórico café “Florian” siempre regala la sensación de ser trasladado a  otro tiempo y espacio, durante las fechas de Carnaval esto será definitivamente así.

En la Gran Plaza de San Marco, nada hace suponer que la humanidad haya cruzado holgadamente la barrera del siglo XXI y en la Venecia del Carnaval, el tiempo parece realizar un recorrido diferente o mejor dicho, haber quedado suspendido en un tramo histórico distinto.

Mira el video del Carnaval de Venecia:

Los carnavales  tienen su origen o antecedente más seguro en las celebraciones dionisíacas griegas o los bacanales romanos pero el primer documento oficial en el que un Carnaval aparece como fiesta pública se remonta al año 1296, allí en Venecia. Se trata de un edicto en el que el Senado de la República Serenísima declara festivo el día precedente a la Cuaresma.

La idea de  las oligarquías venecianas fue la de conceder a la población un tiempo para la diversión y el festejo antes del estricto tiempo de la cuaresma católica. Y quizá, sin saberlo, dejaron inaugurada una tradición que viajó por América y Europa hasta nuestros días. 

Ya desde aquel momento la característica principal fue el disfraz.

Fue pensado para desdibujar la pertenencia a cualquier tipo de clase, sexo o religión y ofrecer, sin institucionalizarlo, un período de permisividad y cierto descontrol.

Dice la leyenda que, detrás de las máscaras, en la noche del Carnaval todo valía . Y aún se siente así recorriendo los canales venecianos.

Hoy el Carnaval de Venecia es conocido y apreciado por su historia, sus disfraces y su ambiente y atrae a miles de turistas de todo el mundo.

Durante las dos semanas que dura el Carnaval de Venecia y especialmente en el lunes y martes del feriado, cualquiera puede asistir y formar parte de los numerosos eventos y manifestaciones que se organizan en las plazas de Venecia.

El invierno, la nieve muchas veces y la crecida de la laguna lejos de aplazar los festejos, brindan un escenario único para numerosos públicos.

Así, en tanto en una plaza los jóvenes bailan al ritmo frenético que impone un DJ , en otras se despliegan oportunidades para todos los gustos: Obras para niños, conciertos, charlas y exhibiciones.

Por las tardes, en la Plaza San Marco donde se levanta el escenario principal, se eligen los mejores disfraces y la música no deja de sonar con la presencia de bandas y solistas.

El espectáculo, en general, nunca desentona y entra en perfecta sintonía con las variaciones de las horas del día y el marco que ofrece ese sitio maravilloso.

Hoy como ayer se siguen organizando fiestas privadas y bailes de disfraces dentro de los palacios nobles de la ciudad.

En estos palacios, en los que parece que el tiempo se detuvo, los invitados reviven los antiguos esplendores y tradiciones del carnaval de antaño.

La “previa” de esas reuniones se vive en los canales, en la Plaza San Marco, en el café “Florian” ...Quienes han preparado trajes y vestimentas asombrosos, con altivo orgullo los exhiben posando con un halo de misterio y encanto para los “intrusos” llegados de todas partes del mundo.

Son grupos de amigos, de parientes, de comunidades que durante el año le dieron forma a cuadros vivientes que dejarían mudo al mismísimo Tintoretto (Pintor Veneciano 1528) y  que asombran al resto de los comunes mortales por la imaginación, la creatividad y la sofisticación con que están realizados y el nivel de espectacularidad hasta en el mínimo detalle.

Pero hay más. Son los dos momentos más esperados en el carnaval veneciano.

Uno es el “Vuelo del Angel o Vuelo de la Paloma” muy ligado a la tradición . El primero en efectuarlo fue un acróbata turco a mediados del siglo XVI.

Año a año un artista sujeto con un cable metálico, efectúa el descenso por la cuerda partiendo desde lo más alto del Campanario de San Marcos para llegar al Palacio Ducal tras varios metros de suspensión en el vacío.

El otro es la “Caravana del Silencio” el día de cierre.  

Esa noche, las góndolas y sus gondolieri, los turistas, y todas las embarcaciones que desean participar recorren el Gran Canal iluminándolo con antorchas en un profundo silencio.

Simbólicamente este último acto de el Carnaval de Venecia inaugura el tiempo de cuaresma católico.

Concluye así el tiempo de las “máscaras” pero Venecia aún seguirá intacta en su encanto hasta la futura edición del carnaval.

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